Alejados los árboles
esconden en sus ramas
los cánticos burlones
de pájaros sin jaulas
Es la ciudadela
fatalmente encantada
con miradas acechantes
puertas contenidas
y la gris serpiente
circundante que la cuida
Entre campos de recreación
y zonas verdes
engañadas de luz
las sombras palidecen
Estrechas habitaciones
donde no tiene
la intimidad cabida
son extensos mundos
donde vive también
la fantasía
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