El restaurante que servía
tu postre preferido
la cafetería de los pandebonos
la de los hippies
lesbianas y maricas
El centro la carrera Séptima
tantas calles contigo recorridas
Sin verte llegar
te hallaba junto a mí
cada mañana
hasta que un día
una maleta vieja de cuero
y tu sonrisa
me echaron de la casa
De barrio en barrio
peregrinamos residencias
Entre mariachis
rock and roll y cumbia
desafiamos los mandatos
de la vida cotidiana
Luces artificiales
encendieron las noches
que robamos a los días
No era de tu madre
aquel tesoro
sacrificado por venganza
en la primera entrega
ni la deuda de tu cuerpo
vendido en oficinas
a quienes llamabas
los perversos
pero fueron míos
los restos de tu amor
y el arrebato de tus celos
En la noche nuestros pasos
se inquietaban al encuentro
de putas en ceñidos trajes
ofreciendo lánguidos encantos
y gamines
durmiendo en los andenes
entre mugre
periódicos y harapos
Tus pasos temerosos
de una calle inexorable
a través de mi alcoba solitaria
se adentraron quedamente
paso a paso hasta mi alma
Quedan atrás
las iras y los celos
en la sórdida ciudad
brilló nuestra alegría
y una esquina del tiempo
aún habita tu sonrisa
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