Compañera II

Me acostumbré a tenerte
a llevarte siempre conmigo
como se lleva
un escapulario
la ropa o los zapatos
Casi sin percatarme
fuiste parte de mí mismo
como mi piel mi cuerpo
como aquellas cosas
que apenas
sabemos nuestras
cuando se han perdido

Mas estamos apartados
en el tiempo y la distancia
Entre lo imperecedero
y todo aquello ya perdido
queda un mundo
de pequeñas cosas
que por ti eran mías
y hoy se niegan al olvido
Eran los mimos prodigados
en tu empeño constante
por desvestirme siempre
antes de acostarnos
Eran tus maquinaciones
ingenuas complacientes
para oponerte
algunas veces
a mis tercas decisiones
Era el contacto tibio
de nuestros cuerpos
en espera del sueño
desnudos y abrazados
Era tu entusiasmo
para hacerme tomar
el desayuno en la cama
Era la tenue humedad
de tus labios en mis labios
estampando el sello
de tus besos
por cada regreso
y cada despedida

Aunque haya prescindido
de tantos hábitos perdidos
tu ausencia es un suplicio
y de tu amor no prescindo
sería como prescindir
del mismo aire que respiro

A pesar de estar distante
estarás siempre conmigo
aunque no pueda llevarte
como se lleva
un escapulario
la ropa o los zapatos

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