La caida

La calma estaba perdida 
y amagaban tempestades
rojo cielo noches negras 
con crepúsculos de sangre

En los extraños breñales 
ya la fiera acorralada
se agitaba pretendiendo 
del asedio liberarse
iba ciega del camino 
por extravíos letales
no podía hallar salida 
ni lugar para ampararse

El acoso ejecutaban 
cazadores fantasmales
y el círculo iban cerrando 
con empeño inquebrantable

Yo era el rojo yo era el negro 
que teñía los paisajes
yo ansiedad y desespero 
yo la fiera en los breñales
yo también los cazadores 
en el cerco delirante

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