El corazón guarda las anécdotas
donde aún vuela la mariposa del ensueño
del niño que fui en aquel pequeño pueblo
Recorro sus calles y las tiendas solitarias
donde los dueños medio ociosos esperaban
el ajetreo de los fines de semana
En la memoria han quedado los sucesos
de aquellas gentes que vivieron sus historias
y reviven en mis sueños los recuerdos
A esa edad no juzga el pensamiento
evidentemente aquella vida fue embeleso
inconsciente Adán del paraíso que alojó
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