No hay que vivir una vida
condenado a la existencia
por la azarosa sentencia
de vivir para padecer
así piensa el anciano
proyectando su partida
inyectaría el narcótico
y después tomaría el veneno
para un final sin aspavientos
Contra la infame impotencia
de sufrir para morir
Contra el instinto natural
de aferrarse a la existencia
Contra las leyes las creencias
y el poder que modela la razón
No teme violar normas
sentimientos ni costumbres
el cuándo ha de llegar
aunque faltan elementos
y tal vez un poco más
de voluntad y decisión
pero está ya concluido
el libreto de partida
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