Ni un eco responde
al incesante repicar ahogado
de sus cascos en la arena
Un camino van haciendo a cada paso
y sus altivas miradas sólo fijan
desmesurados confines desolados
Llevan rumbo ajeno en la extensión desierta
y las huellas del camino
va borrando el viento casi de inmediato
Los lánguidos camellos en la aridez se pierden
y su fatiga sólo calma
los oasis del ensueño
Comentarios
Publicar un comentario